Introducción vídeo
EL TEATRO ESPAÑOL DURANTE EL
FRANQUISMO.
Contexto histórico.
Durante la dictadura de Primo de Rivera y la República, el
teatro era un género literario en pleno auge, con enorme demanda del público.
El teatro español más conservador había tenido ya un reconocimiento en dos
Premios Nobel a dramaturgos españoles (Echegaray y Benavente); pero también se
constata el éxito que cosechaban las representaciones del teatro clásico –la
gente sabía de memoria fragmentos enteros de Los de Vega, Calderón y Zorrila-.
Por otra parte, autores como Valle-Inclán y García Lorca había hecho avanzar al
teatro español en técnicas innovadoras y subgéneros dramáticos (esperpentos,
tragedias rurales, teatro surrealista). Casona, por su parte, escribía un
teatro cargado de lirismo con claves sicológicas influidas por el teatro de
Ibsen o el sicoanálisis.
Al terminar la Guerra Civil el teatro español habían muerto
los autores más innovadores de la época anterior, como Valle-Inclán, Lorca o
Unamuno; otros, como Alejandro Casona y Rafael Alberti estaban exiliados.
Mientras en los escenarios europeos se representaban obras muy novedosas
(teatro épico de Bertolt Brecht o el “teatro del absurdo” de Ionesco
y Samuel Beckett), la escena española estaba invadida por un teatro
convencional, con comedias intrascendentes destinadas a entretener a un público
conservador.
Por otra parte, la censura impedía estrenar obras que
supusieran el mínimo atentado contra los valores sociales o morales
establecidos. Así el estreno de Historia
de una escalera en 1949, que inicia un camino hacia la renovación.
1. El teatro de la inmediata posguerra.
En la posguerra se representan en los teatros de las ciudades
piezas escritas para el público burgués. Este tipo de teatro continúa en la
línea de la comedia de salón de principios de siglo, con diálogos fluidos,
sorpresas bien calculadas, personajes de clase media sin problemas económicos y
argumentos cargados de tópicos: enredos amorosos, aparentes infidelidades o
conflictos entre padres e hijos. Las obras que se representan pueden
clasificarse en comedias de enredo, comedias costumbristas se siguen
reponiendo sainetes-y dramas históricos.
Caso aparte son las obras donde aparece el humor absurdo.
Jardiel Poncela y Miguel Mihura había comenzado a estrenar ya durante la
República y continuaron una carrera fructífera tras la guerra civil. Sus obras
son farsas bastante innovadoras: se burlan de los tópicos, de la
vida burguesa, la autoridad y las normas sociales mediante comedias
disparatadas, irónicas y con situaciones absurdas hasta lo inverosímil.
Utilizan un lenguaje muy ingenioso, lleno de juegos de palabras e ironías, en
medio de situaciones comprometidas, donde los personajes se comportan de forma
inadecuada.
Jardiel Poncela tiene como base de su teatro la
inverosimilitud y lo fantástico para presentar una caricatura de la sociedad.
Así sucede en Cuatro corazones con freno
y marcha atrás (1936), donde los
protagonistas han tomado un elixir que los hace rejuvenecer hasta llegar a la infancia –al cuidado de sus
hijos-. Su mayor éxito es Eloísa está
debajo de un almendro (1940), una
obra que combina los géneros costumbristas, comedia del absurdo y detectivesco en un ambiente donde los
personajes parecen comportarse de forma irracional hasta el final.
Miguel Mihura tiene menor carga de absurdo, para
resaltar la ternura por la gente más débil de carácter: Tres sombreros de copa (1932, pero que no se estrenaría hasta 1952)
cuenta la última noche como soltero de un joven que va a casarse por respetar
las convenciones sociales
y Maribel y la extraña familia (1959)
trata el problema de la soledad, a partir de dos hermanos que pagan a
desconocidos para que vengan a visitarlos a casa.
2. El realismo social y el drama sicológico.
El teatro tiene una capacidad para llegar al público y
movilizarlo superior a los otros géneros, por la proximidad del público al
texto representado y la inmediatez de hacer llegar el mensaje a un público muy
amplio, por el éxito de las representaciones. Como consecuencia, los autores
utilizan el espectáculo para presentar al espectador la denuncia por un mundo
injusto y la urgencia por mejorarlo.
Poco a poco, las innovaciones teatrales europeas llegan a
España, acompañados de importantes avances técnicos como el escenario giratorio
–que permite cambios espectaculares de los decorados de una escena para otra-,
mejoras en la iluminación –que se utiliza para separar escenas simultáneas en
el escenario-, una megafonía que permite incluir efectos especiales, etc. Dos
subgéneros dramáticos dominan las carteleras en los años 50 y 60: el realismo
social y el drama sicológico.
Predominan en los años 50 técnicas realistas, acorde con la
narrativa, donde los personajes deben sufrir las carencias económicas, la
emigración forzosa, el paro y la falta de libertad y solidaridad que impregnan
la sociedad de la dictadura. En los años 60 predominan los dramas sicológicos,
más centrados en el sufrimiento del personaje, angustiado por la realidad y por
sus propias limitaciones o arrastrando traumas no superados.
Destacamos como autores que llevan al teatro las angustias de
la condición humana, el compromiso, la denuncia ante la injusticia y la lucha
por la libertad a Alfonso Sastre, Lauro Olmo y Antonio Gala. No obstante, la
figura principal del periodo, que resume en la evolución de su obra la
trayectoria del teatro español después de la guerra es Antonio Buero Vallejo.
Alfonso Sastre se caracteriza principalmente por
una actitud de denuncia social, acompañada por intentos de renovación de
técnicas dramáticas. Fundó un grupo de teatro experimental que llamó Arte Nuevo
y que derivó más tarde en T.A.S (Teatro de Agitación Social) con el que representaba
obras de Bertolt Brecht y otros autores europeos y americanos, pero el proyecto
no llegó a tener grandes éxitos.
Publicó diversos artículos en los que expuso su teoría del
teatro como un arte social que serviría para agitar las diversas esferas de la
vida española. Su producción dramática es amplia y aún no se han representado
muchas de sus obras, ya que nunca conectó totalmente con el gusto del público,
además de los grandes problemas de censura que tuvo que sufrir.
Entre sus dramas destacan Escuadra
hacia la muerte (1953), una pieza antibelicista en la que desarrolla el
conflicto entre autoridad y libertad, protagonizadas por un grupo de soldados
que han quedado aislados; y La mordaza
(1954) en la que vuelve al tema de la tiranía con un planteamiento parecido al
de Lorca en Bernarda Alba.
Antonio Gala enlaza con la comedia de salón y un
teatro más existencial y simbolista. La amplia obra teatral de Gala ha sido más
apreciada por su público que por parte de la crítica, la cual encuentra
dificultad a la hora de clasificarla debido a la mezcla de rasgos líricos (con
un lenguaje próximo a la poesía) y épico (con referencias a narraciones
míticas).
Compagina su obra teatral con la creación de novelas y poemas.
Sus mayores éxitos en teatro los cosecha en los 60, con dramas históricos como Anillos para una dama (1973), en torno
al personaje de El Cid y Las cítaras
colgadas de los árboles (1974), sobre una joven judía conversa que ha sido
violada por un caballero cristiano.
En los setenta destaca la comedia ¿Por qué corres, Ulises?, que despertó una fuerte polémica por la
aparición de escenas que desafiaban claramente la censura (1975). Es una
reelaboración del mito de Ulises en la Odisea,
que ha perdido la condición de héroe y atendido
por su amante Nausica, está retrasando a propósito su retorno al reino de
Ítaca, donde le espera una mujer avejentada y amargada.
Lauro Olmo fue un autor volcado en la denuncia de las
injusticias sociales. pasa del teatro realista, casi próximo al naturalismo de
La camisa (1962), , donde esta prenda
se convierte en un símbolo de las necesidades económicas de todo un barrio,
desarrolla el drama de la emigración como única salida para los obreros
españoles. al mundo de las farsas más transgresoras: Farsas contemporáneas estaban aún prohibidas tras la muerte del
dictador. El teatro del absurdo y la sátira política se abren paso en la última
etapa de la dictadora.
3. El teatro experimental en la última etapa de la dictadura.
Convertido en arma de denuncia, se multiplican los grupos de
teatro aficionado, que combinan la representación de clásicos con el
descubrimiento de nuevos autores que parecen alejarse de los dramas sicológicos
y sociales de los años 50 y 60. El drama deja paso a la sátira y destaca la
figura de Fernando Arrabal, quien creó su llamado “teatro pánico”, estrenado en
Francia, con rasgos tomados del Surrealismo y del esperpento de Valle-Inclán.
Entre sus obras destacan Pic-nic, una
sátira contra la guerra.
Hacia 1970 se produce una renovación teatral basada en el
espectáculo, la escenografía y las técnicas audiovisuales. Casi se destruye la
acción y se utilizan la alegoría, los símbolos y lo abstracto en escena. A este
modo de representar se le ha llamado “teatro subterráneo”. Son autores y grupos
disconformes con el sistema que pretenden llevar su protesta a través del
teatro.
En esta etapa de renovación cuando surgen los grupos de teatro
independientes, con montajes de espectáculos propios: Tábano, Els Joglars, Els
Comediants La Fura dels Baus. Pierde fuerza, hasta casi desaparecer, el texto
literario que va a representarse, reemplazado por el espectáculo, la exhibición
de montajes espectaculares, la sobreactuación y la improvisación, a veces
provocando al espectador para que intervenga. Representan espectáculos
grandiosos o intimidatorios, sátiras y recreaciones geográficas, etc.
La restauración de las libertades democráticas a partir de
1975 posibilitó la llegada a los escenarios de buena parte del teatro que había
permanecido soterrado, invisible.
Toda
su infancia la pasó en La Alcarria, salvo dos años que vivió en Marruecos, donde había sido destinado su padre.
Se aficionó a la lectura en la gran biblioteca paterna y también a la música y
a la pintura: desde los cuatro años dibujó incansablemente.
Estudió
en Madrid Bellas Artes, alternando
las clases con su asistencia al teatro y la lectura. Al comenzar la Guerra Civil quiso
alistarse su padre fue detenido y fusilado. En 1937 fue llamado a filas y se
incorporó a un batallón de infantería, colaborando con dibujos y escritos en La Voz de la Sanidad.
Al finalizar la guerra, trabajó en la reorganización del Partido Comunista, al cual se
había afiliado durante la contienda y de cuya militancia se fue alejando años
después. Fue detenido en mayo o junio de 1939 y condenado a muerte con otros compañeros. Tras
ocho meses,
se le conmutó la pena por otra de treinta años. Pasó por diversas cárceles: en
la de Conde de Toreno permaneció año y medio; allí dibujó un famoso retrato de Miguel Hernández ampliamente
reproducido y ayudó en un intento de fuga que le inspiró más tarde ciertos
aspectos de La Fundación. Salió en libertad condicional, aunque
desterrado de Madrid, a
principios de marzo de 1946.
Su primer drama lo escribió sobre la ceguera, En la ardiente oscuridad, en una semana de agosto de 1946. Se
presentó al premio Lope de Vega, que ganó con
Historia de una escalera, cuyo estreno en octubre de 1949 tuvo tal éxito que lo consagró para
siempre entre crítica y público. A partir de entonces escribe numerosos dramas,
generalmente con buena aceptación de público y crítica.
Fueron prohibidas algunas de sus obras, que contenían críticas
evidentes a la dictadura, y alguna de ellas no pudieron representarse hasta
después de la muerte de Franco. No obstante, consiguió estrenar la mayoría de
sus obras sorteando la censura con técnicas
que pudieran despistar a los censores: problemas del presente trasladados al
pasado o al futuro; episodios simbólicos donde se evitaba poner nombres
concretos, etc.
Fue nombrado miembro de número de la Real Academia Española en 1971 y
galardonado con el Premio Cervantes en 1986 (es el único
dramaturgo que lo ha ganado) y el Premio Nacional de las Letras
Españolasen 1996.
Obra
El tema común que liga toda su producción es la tragedia del individuo, analizada desde un
punto de vista social, ético y moral. Los principales problemas que angustian
al hombre se apuntan ya en su primera obra, En la ardiente oscuridad, y continúan en obras posteriores.
Todas sus piezas indagan sobre la condición humana. Recupera
para el teatro la “catarsis” de la tragedia clásica: sus obras conmueven al
espectador y le obligan a tomar conciencia de lo que vive. Su obra discurre por
varias etapas, parejas a las etapas que se señalan en la narrativa y la lírica:
el teatro existencial (años 40), el teatro social (años 50) y drama sicológico
(años 60)
Sus obras suelen comenzar de una manera anodina para
introducirnos poco a poco en un grave conflicto personal, a veces vinculado a
un delito que quedó sin castigo y que ha provocado taras físicas o
psicológicas. Estafas, traiciones, enfermedades mentales que degeneran en
enfermedades psíquicas (esquizofrenia, ceguera, impotencia, etc.) son el pago
que debe efectuar el personaje por la culpa que no redimió.
a) Teatro simbolista
En la ardiente oscuridad representa el crudo enfrentamiento con una realidad que no puede escamotearse ni disfrazarse. A
través de la tara física de la ceguera, Buero simboliza las limitaciones
humanas. Así, es símbolo de la imperfección, de la carencia de libertad para
comprender el misterio de nuestro ser y de nuestro destino en el mundo. El
hombre no es libre porque no puede conocer el misterio que le rodea.
b) Crítica social
Denuncia la miseria, la opresión, la explotación humana, la
falta de libertad y el abuso de poder y la violencia institucional.
Historia de una escalera es posiblemente una de las obras más importantes del teatro de esta época por su carácter trágico y por la
denuncia de las condiciones sociales de vida. La obra causó gran impacto por su
realismo y contenido social. En ella plantea la imposibilidad de algunos
individuos de mejorar materialmente debido a la situación social y a la falta
de voluntad.
El tragaluz constituye un
ataque en toda la línea de flotación al franquismo y a su obsesión por deformar la
historia personal de los españoles. Un padre escondido en un sótano lucha
contra la locura que le dejó la muerte por hambre de su hija pequeña durante la
guerra.
c) Dramas históricos
Buero toma los materiales
del pasado histórico como disfraz del presente.
Un soñador para un pueblo relata el fracaso de un hombre empeñado en mejorar la vida de un pueblo. El protagonista, Esquilache, ha de enfrentarse a todo el sistema,
pues la política que pretende imponer no cuenta con el apoyo popular. Pero en
realidad, la oposición a su política no procede del mismo pueblo, sino de un
tercer poder, que, oculto, mina las mejoras de vida. Al final, Esquilache se
sacrifica: renuncia a su cargo y marcha al exilio.
El concierto de San Ovidio. A
partir de un grabado que representa el espectáculo de la orquestina de ciegos, reconstruye un
drama en el que aflora lo grotesco, la injusticia y la falta de ética. Los temas son
la explotación del hombre por el hombre y la lucha del hombre por su libertad.
El sueño de la razón. La obra se
sitúa en el Madrid de 1823, durante la ola de terror desencadenada
por Fernando VII en su lucha
contra los liberales. El protagonista es Francisco de Goya. A través de la sordera de este personaje —de nuevo una tara
física—, Buero simboliza la incapacidad de algunos para oír el sentido de la
realidad.
*notas
Novela
experimental: surge en la década de los sesenta, del siglo XX, como reacción
al realismo social de los años cincuenta. Se
caracteriza por la dificultad estructural: se eliminan los capítulos, se
narra bajo la perspectiva de varios personajes, se
cruzan varias historias, se rompe el orden lineal del tiempo con continuos
cambios del pasado al futuro, se elimina la puntuación, etc.
Teatro
del absurdo: conjunto de obras caracterizadas
por tramas que parecen
carecer de significado, diálogos repetitivos y falta de secuencia dramática. El
teatro del absurdo tiene fuertes existencialistas y tienen como tema la
incomunicación humana.
Costumbrismo: Tendencia artística y literaria que elige las costumbres típicas
de un lugar o de un grupo social como tema
principal de una obra de creación.
Farsa: Obra de teatro breve de carácter
cómico y satírico, en especial aquella que satiriza los aspectos ridículos y grotescos de ciertos comportamientos
humanos.
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-Actividades:
Texto 1.
(DON MANUEL, padre de ELVIRA, sale vestido de calle. Los trajes de ambos
denotan una posición económica más holgada que la de los demás vecinos.)
DON MANUEL. (DOÑA ASUNCIÓN.) Buenos días. (A su hija.) Vamos.[...]
ELVIRA. Buenos días, doña Asunción.
COBRADOR. Persone, señora, pero tengo prisa.
DOÑA ASUNCIÓN. Sí, sí... Le decía que ahora da la casualidad que no puedo...
¿Podría volver luego?
COBRADOR. Mire, señora: no es la primera vez que pasa y...
DOÑA ASUNCIÓN. ¿Qué dices?
COBRADOR. Sí. Todos los meses es la misma historia. ¡Todos! Y yo no puedo venir
a otra hora ni pagarlo de mi bolsillo. Conque si no me abona, tendré que cortarle el
fluido.
DOÑA ASUNCIÓN. ¿Pero si es una casualidad, se lo aseguro! Es que mi hijo no
está, y...
COBRADOR. ¡Basta de monsergas! Esto le pasa por querer gastar como
una señora en vez de abonarse a tanto alzado. Tendré que cortarle.
(ELVIRA habla en voz baja con su padre.)
DOÑA ASUNCIÓN. (Casi perdida la compostura)
¡No lo haga, por Dios! Yo le prometo...
COBRADOR.Pida a algún vecino...
DON MANUEL. ( Después de atender a lo que le susurra su hija). Perdone que
intervenga, señora.
(Cogiéndole el recibo)
DOÑA ASUNCIÓN. No, don Manuel. ¡Faltaba más!
DON MANUEL. ¡Si no tiene importancia! Ya me lo devolverá cuando pueda.
DOÑA ASUNCIÓN. Esta misma tarde; de verdad.
DON MANUEL. Sin prisa, sin prisa. (Al COBRADOR. ) Aquí tiene.
COBRADOR. Está bien. (Se lleva la mano a la gorra). Buenos días. ( Se va)
ANTONIO B: VALLEJO. Historia de una escalera
1.-Enumera los personajes que aparecen en esta escena y comenta
aquellos problemas a los que se enfrentan.
2.- Tema de este fragmento.
3.- Resumen
4.- Indica el lugar en que sucede la acción.
5.- Género dramático al que pertenece esta obra. ¿Por qué?
6.- Analiza la forma de hablar de los personajes. Subraya algunas
expresiones del cobrador que lo identifican como funcionario.
7.- Relaciona esta escena con el contexto económico y social de la España
de la posguerra.
8.- ¿Qué rasgos permiten definir esta obra como realista?.
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