Tema 8


Tema 8. Novela desde 1939 hasta 1975




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                LA NARRATIVA DE 1939 A 1975.

    Contexto literario.

La narrativa era un género que ya estaba en retroceso antes de la guerra. Las generaciones anteriores estaban formadas casi en exclusiva por poetas y ensayistas y España había permanecido ajena a grandes innovaciones del lenguaje narrativo, con lo que no abundan los referentes. Por otra parte, especialmente en los años 40, el veto sobre determinados escritores españoles y extranjeros –Galdós, Unamuno, Kafka, James Joyce, Faulkner- dificultaba a los escritores jóvenes conocer los mejores modelos.

Una fuerte censura impide afrontar de forma directa temas políticos, sociales o de la vida cotidiana. Los censores vigilan especialmente la inclusión de posturas críticas en con el régimen del nacional-catolicismo, pero también se censuran actitudes vetadas por la iglesia: divorcios, adulterios, conflictos familiares, escenas de contenido sexual, etc.


Los novelistas que habían publicado antes de la guerra y que se exiliaron forman un grupo muy diverso, sin apenas rasgos comunes. No obstante, en todos se observan coincidencias temáticas, como la rememoración en sus textos de la guerra, la nostalgia de España y la reflexión sobre la naturaleza del hombre. Destacan Rosa Chacel y Ramón J. Sender.


En la España interior, la novela se fue desarrollando con distintas tendencias íntimamente relacionadas con las transformaciones políticas y sociales vividas en el país. La crítica coincide en señalar etapas, similares a los otros géneros:

1.      Los años cuarenta. Novela propagandística y novela existencial.

Los autores intentan evitar conflictos con la dictadura. Para ello, o bien escriben obras que puedan interpretarse como propagandísticas del régimen o bien se centran en conflictos existenciales, evitando los sociales. Entre las novelas de afirmación franquista, caben destacar Madrid corte de checa (Agustín de Foxá) y Gabriel Mariñas (Torrente Ballester).


Las novelas existenciales –en línea con poemarios como Hijos de la ira, exponen la desolación de la posguerra. La impotencia del individuo contra la sociedad y la lucha por la supervivencia generan una novela pesimista, que desvela la violencia y el sinsentido de la existencia. La novela que abre la nueva perspectiva es La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela (1942), clasificada como “tremendista”, que inaugura una narrativa donde los conflictos, dramas y tragedias son individuales. Los personajes son inadaptados, angustiados y frustrados. Se muestra entre líneas el descontento del hombre, el desasosiego y el malestar ante el momento histórico concreto.


Dos novelas destacables en esta línea son Nada, de Carmen Laforet (1945) y La sombra del ciprés es alargada, de Miguel Delibes (1948).

2.    La novela de los años 50. Neorrealismo o Realismo social.

La necesidad de ofrecer un testimonio de la realidad de la época condujo a los escritores a narrar historias del presente en que viven, con ambientación realista. Se caracterizan por:

o   Personajes colectivos y tendencia al objetivismo.
o   Disminuye la importancia del narrador y se incrementa el diálogo.

o   Los ambientes son muy variados: urbanos y rurales, la vida burguesa (para presentar la frivolidad y falta de conciencia social) y el mundo obrero (para denunciar la dureza del trabajo y las malas condiciones laborales).

o   El tema es la sociedad española. Interesa lo colectivo, de los conflictos

individuales nos desplazamos a los colectivos. En última instancia, sirven como vehículo de denuncia de las injusticias sociales.

o   Se les atribuye a estas novelas un realismo crítico. El escritor pone el foco en los aspectos más duros, sórdidos y miserables de la sociedad de la posguerra.

En esta línea, destacamos La colmena de Camilo José Cela; Pequeño teatro, de Ana María Matute; Entre visillos, de Carmen Martín Gaite y Las ratas, de Miguel Delibes. El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio, es una extensa novela sin apenas acción (un grupo de amigos va a bañarse al Jarama y uno de ellos acaba ahogándose), con un narrador estrictamente objetivo; la tensión se traslada a un diálogo permanente entre los jóvenes con las jergas del momento.

3.    Los años 60. Novela experimental 

Finalmente, llegan a España técnicas de vanguardia aplicadas a la narrativa, que ya habían triunfado en Europa las décadas anteriores. A partir de los años sesenta, los narradores emprendieron una renovación formal de la novela, concediendo mayor importancia al lenguaje y a los modos de estructurar el relato. Señalaremos algunos:

-         Experimentación con las formas de narrar: surgen novelas epistolares, monólogos de principio a fin, narraciones ininterrumpidas (sin puntuación).

-         Alternancia de distintos narradores en la novela, para que la historia se contemple desde puntos de vista diferentes.

-         Entra la fantasía y a la mezcla de lo mágico con lo real, con influencias claras de la narrativa hispanoamericana.

-         Saltos inesperados en el tiempo (free-back). Se abandona la linealidad en el tiempo narrativo.

-         Creación de lugares imaginarios (Región, de Juan Benet; Artámila, de Ana María Matute; Castroforte del Baralla, de Torrente Ballester).

Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos inicia la experimentación. Muestra una visión despiadada de la miseria y el envilecimiento moral. Un joven médico se ve conducido a practicar un aborto ilegal en una chabola, que lo lleva al fracaso profesional y humano. En lugar de narrador, la historia nos llega a través de monólogos interiores de los personajes.


Volverás a Región, de Juan Benet acerca la narrativa española a la de Estados Unidos (W Faulkner), con un violento monólogo interior que relata la historia oculta del pueblo imaginario de Región. Un militar está vengando una afrenta personal arrasando el pueblo donde la sufrió, con la excusa de la guerra.


En esta misma línea experimental se publican otros títulos importantes, como Últimas tardes con Teresa, de Juan Marsé; San Camilo 1936 y Oficio de tinieblas 5  de Cela; Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes y La saga/fuga de J.B., de Gonzalo Torrente Ballester.

4.    El fin de la dictadura.

Las repercusiones del fin de la dictadura en la vida literaria española fueron evidentes: desaparición de la censura, recuperación de los autores exiliados, apertura hacia la literatura extranjera -europea, norteamericana y latinoamericana, fundamentalmente-, impulso político a la creación literaria en las distintas lenguas peninsulares, generosa política de subvenciones oficiales a autores, multiplicación de premios literarios y ferias del libro...


CAMILO JOSÉ CELA (1916-2002) Novelista, periodista, ensayista,     editor     de revistas literarias,


conferenciante y académico de la Real Academia Española durante
45 años. Gallego de nacimiento, pero la familia se instala en Madrid
en 1925 donde cursó el bachillerato fue expulsado de dos institutos
antes de concluirlo.

En 1931    fue    internado    en    el    Sanatorio     antituberculoso
de Guadarrama, experiencia que recrearía posteriormente en su
novela Pabellón de reposo. Inició la carrera de Medicina (que nunca
concluyó)  y  trabajó  como  periodista.  Entrevistó  a  importantes
escritores como Baroja, Miguel Hernández y María Zambrano.

La Guerra Civil estalló mientras estaba en Madrid. De ideas conservadoras, escapó a la
zona sublevada y se alistó como soldado. Al acabar la guerra fue censor del régimen, a pesar de lo cual, tuvo que publicar alguna novela fuera de España.


A partir de su primera novela, el éxito lo acompañó de por vida. Fue un gran polemista y su imagen era habitual en la televisión de la época, especialmente tras la recepción del Premio Nobel de Literatura en 1989. Recibió también el Premio Príncipe de Asturias en 1987 y el Cervantes en 1995.

Obra.

Su obra fundamental se desarrolla en la narrativa, donde los personajes llegan a experiencias degradantes, movidos por sentimientos primarios. Los temas que nos asaltan casi por sistema son la muerte –sin ahorrar violencias gratuitas y obsesiones patológicas- y el sexo. Siguiendo las directrices señaladas en la evolución de la narrativa, distinguimos:

- Novela existencial (años 40):


La familia de Pascual Duarte. La novela tiene la estructura de la picaresca: un condenado a muerte cuenta a un receptor interno –identificado como el propio Cela- cómo ha llegado hasta allí, culpando a la sociedad. Bajo la apariencia de drama rural, pone de manifiesto los aspectos más duros y sórdidos de la vida. El estilo se definió como tremendismo.

- Neorrealismo (años 50):


La colmena, ejemplo de novela neorrealista, es una ácida descripción de la sociedad madrileña de 1942, a través de una multitud de personajes que muestran sus retazos de vidas, presentados en secuencias en un enjambre de personas alienadas que solo se mueven por el dinero, la comida o el sexo.

-Novela experimental (años 60 y posteriores):


Sus novelas entran de modo sistemático en técnicas de vanguardia narrativa, con lenguaje agresivo, con términos malsonantes, monólogos interiores angustiosos y rupturas de la lógica sintáctica. Los personajes son obsesivos hasta lo enfermizo y la acción se multiplica en tramas secundarias, a veces difíciles de encajar. Un caso extremo es Oficio de tinieblas 5, donde recompone el flash de la muerte de un hombre que se está suicidando.


Con temática de la guerra civil destacan San Camilo, 1936, un largo monólogo de un joven sorprendido por el estallido de la guerra en Madrid y Mazurca para dos muertos, la historia de una venganza en un pueblo gallego, donde todos son cómplices del homicidio contra un delator que causó muchas muertes en el pueblo.


Con ambientación americana: La Catira es una vuelta al mundo esperpéntico de Valle Inclán, ambientada en Latinoamérica. Cristo versus Arizona es un monólogo sin puntos y aparte que recrea el famoso duelo en el OK corral del Oeste.




MIGUEL DELIBES (1920-2010)





Nacido y muerto en Valladolid, donde pasó casi toda su vida. Estudió Comercio y Derecho y se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid, lo que le sirvió para mejorar sus dotes artísticas y ser contratado en 1941 como caricaturista en El Norte de Castilla, el diario vallisoletano del que llegó a ser director. Fue catedrático de Derecho mercantil, por lo que comenzó a impartir clases en la Escuela de Comercio.


Aunque había combatido con el bando franquista en la guerra civil, mantuvo a lo largo de su vida una actitud crítica con la dictadura, que se trasluce a menudo en sus novelas y en sus artículos periodísticos, de modo que tuvo a menudo problemas con la censura. Como catedrático de Historia en la Escuela de Comercio se enfrentó también a los censores por el enfoque historicista de la guerra. Llegó a dimitir como director de El Norte de Castilla tras varias desavenencias con Manuel Fraga, ministro de Información y Turismo.


En 1973 fue elegido miembro de la Real Academia Española. En 1982 recibió el Premio Príncipe de Asturias y en 1993 el Premio Cervantes.

Obra

Mantuvo en su vida siempre una actitud discreta y respetuosa con la gente corriente, sus costumbres y forma de pensar y hablar. Su obra reproduce esa actitud ante la vida, incluyendo a menudo sus aficiones y su trabajo: la enseñanza, la caza, los pueblos castellanos, el fútbol, etc.


Es el narrador más prototípico de Castilla. Sus personajes son seres que apenas destacan, llenos de rasgos humanos positivos. Es evidente su simpatía por la gente sencilla, los niños y los más indefensos, que se mueven en dos ambientes netamente castellanos: la ciudad y los pueblos pequeños. Sus temas están vinculados a valores humanos, como la tolerancia, la compasión, la convivencia y la generosidad –si bien es raro que se cumpla la justicia poética y los buenos no siempre obtienen recompensa


Progresivamente, sus novelas se cargaron de contenidos críticos implícitos contra el franquismo, un régimen que envilece las relaciones entre iguales, para anteponer la obediencia y el castigo por parte de los superiores. Es significativa la novela final, donde el protagonista, en el siglo XVI, es quemado por la Inquisición en un clima de intolerancia y fanatismo.


Su obra es muy extensa y, a través de ella podemos analizar la evolución de la narrativa de la segunda parte del siglo XX en España. El atractivo de las historias y su aceptación por el público lo han convertido en un autor muy adaptado para el cine y se convirtieron en películas de éxito casi todas sus novelas más conocidas. Destacamos:

1º Etapa: novelas existenciales, en línea con los años 40. Los protagonistas son héroes
individuales, envueltos en un mundo inhóspito: La sombra del ciprés es alargada.

2ª etapa: neorrelismo. Personajes colectivos y estudios de ambientes de pobreza


-         En ambiente rural, El Camino, donde un muchacho evoca su vida en el pueblo la noche en que debe ir a estudiar a la ciudad; Las ratas, en un ambiente sórdido cargado por la vida miserable de un pueblo.



-         En la ciudad, La hoja roja, historia de un jubilado que espera la muerte en soledad, acompañado por su empleada.

3ª etapa: Novela experimental.


La acción se narra en monólogos interiores y soliloquios que permiten que conozcamos
 los  pensamientos y pasiones ocultas. Destacan:


-         En ambiente rural, Los santos inocentes, una historia sórdida de humillaciones en un cortijo extremeño, con personajes próximos al naturalismo. Las guerras de nuestros antepasados relatan una historia con rasgos de realismo mágico a partir del relato de un joven presidiario que habla con el siquiatra.


-         En ambiente urbano, Cinco horas con Mario, un largo soliloquio de Carmen ante la sepultura de su marido, repasando su vida, sus frustraciones, reproches y confesiones.

4ª etapa: Reescritura de la historia.


Delibes escribe novelas que no deben combatir la intolerancia y busca narrar cómo es la nueva sociedad democrática (El príncipe destronado, una novela cargada de humor) y reelaborar los episodios de una historia que ha sido falseada. 
Su última novela, El hereje, es un ejercicio impresionante de novela histórica, llena de documentación acerca del doctor Cazalla, un médico protestante que fue quemado por la inquisición en la plaza de Valladolid. En la actualidad, Valladolid ha dedicado una ruta turística por la ciudad en honor a esta novela.


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-Actividades:

Texto 1
El matrimonio González vive al final de la calle de Ibiza, en un pisito, y lleva un apañado pasar, aunque bien sudado. Ella trabaja hasta caer rendida, con cinco niños pequeños y una criadita de dieciocho años para mirar por ellos, y él hace todas las horas extraordinarias que puede y donde se tercie; esta temporada tiene suerte y lleva los libros en una perfumería, donde va dos veces al mes para que le den cinco duros por las dos.[...] Otras veces,cuando no encuentra un tajo para las horas de más, don Roberto se vuelve triste y ensimismado y le da el mal humor.

Los cuñados por esas cosas que pasan, no se pueden ver. [...] La pobre Filo, entre la espada y la pared, se pasa la vida ingeniándoselas para capear el temporal de la mejor manera posible.

Cuando el marido no está en casa le fríe un huevo o le calienta un poco de café con leche al hermano, y cuando no puede, porque don Roberto, con sus zapatillas y su chaqueta vieja, hubiera armado un escándalo espantoso llamándole vago y parásito, la Filo le guarda las sobras de la comida en una vieja lata de galletas que baja la muchacha hasta la calle.

-¿Es esto justo, Petrita?
-No, señorito, no lo es. [...]

Aquel día tocó que el marido de Filo no estuviera en casa y Martín se comió su huevo y se bebió su taza de café.

                                                   C.J. Cela:  La colmena (adaptación)

Preguntas:

1.- ¿En qué condiciones vive el matrimonio González? ¿Cómo lo define Cela? ¿Qué quiere decir con esa frase?

2.- ¿De qué se alimenta Martín Marco?

3.- ¿Qué características propias del realismo social percibes en  La colmena?.

4.- Relaciona este texto con el contexto de la posguerra.


Texto 2

Dijo ella:

-Oye, tú vuelves en el tren, ¿verdad?

-¿A Madrid? Claro, en tren, ¿ de qué otra manera?

-Ya,  no sé, una pregunta tonta, no me hagas caso. Bueno y ¿llegáis?

-Pues mira, si sale de aquí a las veintidós treinta, luego pon veinte minutos que tarde: pues a las once menos diez en... ¿De qué te ríes?

-Nada, que eres muy simpático, las cosas que dices -hizo una pausa, lo miraba sonriendo-,"a las veintidós treinta", se pone él...

-Bueno, ya te estás guaseando. No puede uno decir nada: enseguida os lanzáis como chacales, hija mía -menos la cabeza-. ¡Mírala ella! Cómo se divierte. Con eso ya, ¡feliz! [...]

-Bueno, pues ya está, si ni sé a qué ha venido todo esto, ni qué era loque quería yo decir ni nada...

-Vamos, ahora tampoco te impacientes, ¿con qué motivo?

-Me da rabia.

-Pero ¿el qué?

-¿Eh? Pues nada, no lo sé, ¿cómo quieres que yo lo sepa? ¡ Y  además es igual!

-¿Y ahora a qué viene eso de hablarle a uno de esa forma?

Mely lo miró y luego dijo, bajando los ojos:

-No sé, Zacarías; que soy idiota, que se conoce que me gusta que me aguanten, ¿sabes? Eso va a ser; que soy una niña gótica y me creo que...

Huenó, huenóo, páraaaaa...!  ¡Párate ahí ya, hija mía! Tú también es que tiras en picado. Te zambulles del cielo al infierno sin pasar por el purgatorio.

                                                          R.Sánchez Ferlosio: El jarama (adaptación)


Preguntas:

1.- Señala los párrafos en los que aparece la voz del narrador. ¿Crees que hace falta aquí? ¿Por qué?

2.- ¿Qué aporta la presencia del narrador en una novela? ¿ Qué aporta su ausencia?

3.- ¿Cómo es el lenguaje literario de esta novela?. Señala oraciones del habla coloquial.

4.-¿Qué características de El jarama coinciden con las del realismo social?




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