Introducción vídeo
CONTEXTO LITERARIO.
Tras
la guerra civil (1936-1939) se abre un periodo en España marcado por un régimen
de dictadura militar, que modifica de manera sustancial las tendencias
artísticas. Podemos señalar como rasgos más determinantes:
-
La muerte por enfermedad o violentamente de algunas
grandes figuras como Unamuno, Valle Inclán, García Lorca, Antonio Machado, hace
perder referencias literarias importantes.
-
La existencia de una represión importante, que incluye
el encarcelamiento temporal de algunos escritores (M. Hernández, J. Hierro,
Buero Vallejo, etc.)
-
El exilio de algunos de los escritores más reconocidos,
como Juan Ramón Jiménez, casi toda la Generación del 27.
-
La prohibición de libros y autores dificulta a los
escritores jóvenes acceder libremente a autores fundamentales de la literatura.
-
La censura y la autocensura, empuja a los escritores a
limitar temas literarios o a intentar editar fura de España.
La
Guerra Civil y el inicio de la dictadura cortaron la evolución natural de la
literatura española, en especial de las tendencias vanguardistas. La posguerra,
caracterizada por el aislamiento y la censura para los artistas, encaminó a la
poesía hacia rutas difíciles. Durante el largo periodo de la dictadura, podemos
distinguir tres fases:
Años 40.
Con
la guerra aún en el recuerdo, el temor a la censura o a las represalias mueve a
los escritores a evitar referencias explícitas al momento. Adoptan dos caminos
posibles:
-
Una literatura conformista, próxima ideológicamente a
los vencedores o descargada de problemas.
-
Una literatura existencial, que se pregunte por
conflictos íntimos (la vida, la muerte, la angustia, etc.), pero evitando los
temas sociales. Cada género abre esta vía con un título mítico: Hijos de la ira (poesía), La familia de Pascual Duarte
(narrativa), Historia de una escalera (teatro).
Años 50.
El
realismo social se impone. Los escritores intentan reflejar cómo es la sociedad
que ha creado una dictadura ya consolidada. Los problemas individuales son
sustituidos por los problemas colectivos (la pobreza, la frustración social, la
precariedad laboral, etc.) Esta literatura nace por causas concretas: la
situación nacional y europea al término de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra
Fría, y el propósito de colaborar en la transformación social.
Años 60.
La
generación que sufrió la guerra en la infancia accede a una sociedad
insatisfactoria. Los temas se hacen más íntimos, como si el escritor buscara la
complicidad con el lector. Abundan monólogos, reflexiones éticas. La memoria
personal y los traumas del pasado se convierten en objetivo de la literatura,
con una reclamación de la verdad histórica que ha sido ocultada.
LA POESÍA DE 1939 A
1975.
1. La poesía de la inmediata posguerra.
La mayoría de los poetas de este periodo hubieran formado
parte del grupo que no pudo formarse por la guerra, a veces es conocido como
Generación del 36, con Miguel Hernández como figura destacada. Sólo parecían
posibles dos posturas: aprobar y ensalzar la nueva situación o reflejar la
desesperanza ante el presente y el futuro. Ambas posturas fueron definidas por
Dámaso Alonso como literatura “arraigada” y literatura “desarraigada”. La
poesía arraigada y la poesía desarraigada o existencial adopta un tono trágico
y expresión sencilla:
·
La poesía arraigada. En 1943 José García Nieto,
la revista Garcilaso, de ahí que se
les llamara "garcilasistas". Vuelve a la forma clásica (el soneto y
otras estrofas del siglo de oro) desechando la poesía pura y vanguardista.
Aparecen los temas tradicionales (el amor, la naturaleza, etc.). Destacan José
García Nieto y Luis Rosales.
·
La poesía desarraigada. En 1944 la
revista Espadaña marca un nuevo
rumbo. Se defiende una poesía menos tópica, con lenguaje más directo, menos
preocupada por los elementos estéticos en sí mismos. Adopta temas realistas,
comprometida con la situación existencial e histórica del hombre, invadida por
la angustia que producía el mundo deshecho y caótico de la España de la
posguerra.
El
tema religioso adquiere un tono existencial en las abundantes preguntas que el
poeta plantea a Dios sobre el sentido del sufrimiento humano. En el mismo año
de 1944, dos libros con esta orientación aparecen escritos por poetas del 27: Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, y Sombra del paraíso, de Vicente
Aleixandre.
Al lado de estas dos grandes
tendencias existirán otras minoritarias:
·
La poesía en el exilio, con una naturaleza diferente,
cargada de nostalgia o de reproches (Cernuda, Alberti), con una fuerte carga de
sinceridad personal.
·
El surrealismo resurge. La permanencia en España de
Vicente Aleixandre y su prestigio favorecerá la superviviencia de esta
vanguardia.
·
Surge el Postismo, considerada como la última
vanguardia, abreviatura de post+surrealismo. Tendrá seguidores durante el resto
del siglo XX.
2.
Años 50: La poesía social.
En
la década de los cincuenta, muchos poetas “desarraigados” consideraron la
poesía como un instrumento de denuncia social y abandonaron los sentimientos
personales para dar testimonio de la realidad del momento. Es una literatura de
urgencias (es decir, que responde a la realidad inmediata), y se considera un
instrumento para transformar la sociedad mediante la denuncia de la injusticia
y la solidaridad con los oprimidos.
Sus presupuestos estéticos
son:
-
una poesía realista, de orientación narrativa y cargada
de función apelativa (hacer reaccionar al lector).
-
predomina el tema sobre la forma, con tendencia a la sencillez
y la repetición de estructuras formales,
-
Destacamos a Blas de Otero y José Hierro:
· Blas de
Otero (1916[1979) escribe poesía con el propósito de sacudir las
conciencias. Sus primeros libros son existenciales: Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia (1950). Fundidos
en un único libro titulado con el
acrónimo Ancia reflejan la angustia
del hombre ante la muerte. Con Pido la
paz y la palabra (1955) inicia su etapa de poesía social y de compromiso,
donde el problema de España y la demanda de paz y libertad se convierten en
temas centrales.
· José Hierro (1922-2002) Padece cuatro años de cárcel. Al reaparecer en la lírica de los cuarenta, lo hace con un amargo poso autobiográfico. Su primer libro es Tierra sin nosotros (1947),
donde la patria, antes habitable, está en ruinas. Quinta de 142 (1953) explora la vía solidaria y, a partir de aquí, se aleja de la poesía social.
Cuanto sé de mí (1957) conecta con la Generación de los 60.
3. La generación de los 60 (para algunos, 50).
En
la segunda mitad de la década de los años cincuenta comienzan a aparecer libros
cuyos autores son “niños de la guerra”, nacidos entre 1925 y 1935. No han
participado en la Guerra Civil y hay una voluntad decidida de superar la poesía
social, a la que reprochan su exclusiva intención política y la ausencia de lo
personal y lo íntimo en el texto.
Se
forma un grupo, que organiza un homenaje a Antonio Machado, poeta relegado por
sus temas de vivencias cotidianas y su lenguaje próximo al coloquial. Este
Grupo será conocido como Generación de los 50 (cuando se agrupan) o para otros
Generación de los 60 (cuando triunfaron). La
Generación del 60 sustituye la reivindicación social por preocupaciones civiles
y éticas, con un estilo intimista e incorpora reflexiones filosóficas. El lenguaje poético
busca un cierto
coloquialismo -no
es demasiado distinta lengua poética de la hablada-. A veces recurren al humor
y la ironía para se revelar su inconformismo.
La
poesía es concebida como un modo de conocimiento propio y del mundo. Se abren
dos vías distintas, que acabarán siendo conocidas como:
· Poesía de la
experiencia (el poeta habla de sus vivencias con un lector que actúa de
confidente), en la que podríamos encuadrar a Gil de Biedma y Ángel González.
· La poesía
del conocimiento, (el poeta valora el mundo desde su pensamiento, de forma
intelectual). Encuadramos aquí a Claudio Rodríguez y Félix Grande.
Aparte
de ellos, la generación está formada por José Ángel Valente, Francisco Brines,
José Agustín Goytisolo, Carlos Barral y otros. Con el tiempo, se habló también
de un grupo de narradores paralelo, podría integrarse también en la generación
de los 60.
4. Claudio Rodríguez García (1934 - 1999).Miembro más joven de la Generación del 60. Nace y pasa la juventud en Zamora.
Se
forma como lector en la biblioteca de su padre, muy aficionado a la poesía:
clásicos españoles -especialmente los místicos de quien toma la actitud
contemplativa ante el mundo-y poetas simbolistas franceses (Baudelaire, Verlaine y Rimbaud). Pasa largas temporadas en la finca
de su abuela en contacto con la naturaleza. Le gusta observar y recrear los
juegos infantiles,
y da largos paseos por la ciudad. La naturaleza, Zamora y el Duero son dos
presencias permanentes en sus poemas.
El
23 de marzo de 1947 murió su padre y su vida dio un giro decisivo al quedar la
familia en la ruina; Claudio administra las fincas en el campo y trata con
jornaleros. En 1951, se traslada a Madrid para
estudiar Filología Románica con una beca.
A
los 18 años gana el premio Adonais por Don de la ebriedad, que impresiona a Vicente Aleixandre con quien mantuvo una amistad
profunda y a quien dedica su libro Conjuros.
Su familia lo hace estudiar Derecho en Salamanca, pero lo abandona y opta por
Filología Románica. En la universidad mantuvo contactos con el Partido
Comunista clandestino y participó en enfrentamientos con la policía, por lo que
estuvo detenido y posteriormente vigilado. Sufrió una importante agresión de un
grupo de falangistas.
En
1958, publica Conjuros y, con la
ayuda de Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre, viaja a
Inglaterra, donde trabaja como lector de español. Descubre a los románticos
ingleses, que influirán en su poética. En Inglaterra escribe Alianza y condena, Premio de la Crítica 1965. Allí
hace amistad con Francisco Brines, lector en Oxford. De regreso a Madrid, se dedica a la
enseñanza universitaria. En 1974 muere asesinada su hermana María del Carmen.
Un año más tarde, muere su madre. En 1976, publica su cuarto poemario El vuelo de la celebración.
Recibió
algunos de los principales premios literarios concedidos en España: Premio Nacional de Poesía; Premio de
las letras de Castilla y León; Premio Príncipe de Asturias de las
Letras. En 1987 fue elegido miembro la RAE. Falleció en
Madrid a los 65 años de edad.
Sus
primeros poemas buscan temas abstractos, a partir de referencias al paisaje o
los estados de ánimo. Los primeros libros adolecen de cierta frialdad, alejados
de problemas humanos, que aparecerán aunque tímidamente en poemarios
posteriores:
-
Don de la
ebriedad, escrito a los 18 años, forma un solo poema dividido en
fragmentos ordenados simbólicamente,
en el que el tema constante es la emoción del poeta ante el paisaje
contemplado, la claridad y la poesía como un don, la entrega del poeta al mundo
a través del acto creador, y la tensión entre muerte y salvación que esto
conlleva.
-
Conjuros (1958)
consta de veintisiete poemas distribuidos en cuatro “libros” o secciones en los que se hace patente un
cambio en la actitud del poeta, que, con un lenguaje sencillo que habla de
cosas, al parecer cotidianas, nos lleva al mundo trascendental de las verdades
universales. Junto al tono exclamativo predominante, aparecen la meditación y
reflexión características de su obra posterior.
-
Alianza y
condena(1965) marca una evolución hacia temas más concretos. El poeta constata la habitual separación y
desajuste entre los sentidos y las cosas, entre la verdadera realidad y el
mundo de las apariencias. Usa un talante reflexivo, que evita la simpleza de
las cosas para indagar en significados ocultos o en el misterio. Habla de las
cosas sencillas, las imágenes brotadas de la vida y de la tierra. El lenguaje
coloquial y la melodía de los versos son factores que remiten a una cercanía
sentimental del poeta con los lectores.
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Texto 1
El salto
Somos como un caballo sin memoria,
somos como un caballo
que no se acuerda ya
de la última valla que ha saltado.
Venimos corriendo y corriendo
por una larga pista de siglos y de obstáculos.
De vez en vez, la muerte...
¡el salto!
Y nadie sabe cuántas
veces hemos saltado
para llegar aquí, ni cuántas saltaremos todavía
para llegar a Dios que está sentado
al final de la carrera...
esperándonos.
Lloramos y corremos,
caemos y giramos,
vamos de tumbo en tumbo
dando brincos y vueltas entre pañales y sudarios.
León Felipe: Ganarás la luz (1942)
1.- Tema del poema.
2.-¿Por qué crees que identifica a los seres humanos con el caballo?.
Explica la metáfora "la muerte...¡el salto!.
2.-Características de la poesía de los 40 que aparezcan en el poema.
Texto 2
En el principio
Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
sí abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
Blas de Otero: Pido la paz y la palabra.(1955)
Preguntas:
1.- Tema del poema
2.- ¿Qué importancia tiene la palabra para el poeta?.
3.- Relaciona este poema con poesía de la década de los 50.
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