Tema 9

Tema 9. La POESÍA desde 1939 a 1975





Introducción vídeo 









CONTEXTO LITERARIO.

Tras la guerra civil (1936-1939) se abre un periodo en España marcado por un régimen de dictadura militar, que modifica de manera sustancial las tendencias artísticas. Podemos señalar como rasgos más determinantes:

-        La muerte por enfermedad o violentamente de algunas grandes figuras como Unamuno, Valle Inclán, García Lorca, Antonio Machado, hace perder referencias literarias importantes.

-        La existencia de una represión importante, que incluye el encarcelamiento temporal de algunos escritores (M. Hernández, J. Hierro, Buero Vallejo, etc.)

-        El exilio de algunos de los escritores más reconocidos, como Juan Ramón Jiménez, casi toda la Generación del 27.

-        La prohibición de libros y autores dificulta a los escritores jóvenes acceder libremente a autores fundamentales de la literatura.

-        La censura y la autocensura, empuja a los escritores a limitar temas literarios o a intentar editar fura de España.

La Guerra Civil y el inicio de la dictadura cortaron la evolución natural de la literatura española, en especial de las tendencias vanguardistas. La posguerra, caracterizada por el aislamiento y la censura para los artistas, encaminó a la poesía hacia rutas difíciles. Durante el largo periodo de la dictadura, podemos distinguir tres fases:

Años 40.

Con la guerra aún en el recuerdo, el temor a la censura o a las represalias mueve a los escritores a evitar referencias explícitas al momento. Adoptan dos caminos posibles:

-        Una literatura conformista, próxima ideológicamente a los vencedores o descargada de problemas.

-        Una literatura existencial, que se pregunte por conflictos íntimos (la vida, la muerte, la angustia, etc.), pero evitando los temas sociales. Cada género abre esta vía con un título mítico: Hijos de la ira (poesía), La familia de Pascual Duarte (narrativa), Historia de una escalera (teatro).

Años 50.

El realismo social se impone. Los escritores intentan reflejar cómo es la sociedad que ha creado una dictadura ya consolidada. Los problemas individuales son sustituidos por los problemas colectivos (la pobreza, la frustración social, la precariedad laboral, etc.) Esta literatura nace por causas concretas: la situación nacional y europea al término de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría, y el propósito de colaborar en la transformación social.

Años 60.

La generación que sufrió la guerra en la infancia accede a una sociedad insatisfactoria. Los temas se hacen más íntimos, como si el escritor buscara la complicidad con el lector. Abundan monólogos, reflexiones éticas. La memoria personal y los traumas del pasado se convierten en objetivo de la literatura, con una reclamación de la verdad histórica que ha sido ocultada.



 LA POESÍA DE 1939 A 1975.

1.    La poesía de la inmediata posguerra.

La mayoría de los poetas de este periodo hubieran formado parte del grupo que no pudo formarse por la guerra, a veces es conocido como Generación del 36, con Miguel Hernández como figura destacada. Sólo parecían posibles dos posturas: aprobar y ensalzar la nueva situación o reflejar la desesperanza ante el presente y el futuro. Ambas posturas fueron definidas por Dámaso Alonso como literatura “arraigada” y literatura “desarraigada”. La poesía arraigada y la poesía desarraigada o existencial adopta un tono trágico y expresión sencilla:

·       La poesía arraigada. En 1943 José García Nieto, la revista Garcilaso, de ahí que se les llamara "garcilasistas". Vuelve a la forma clásica (el soneto y otras estrofas del siglo de oro) desechando la poesía pura y vanguardista. Aparecen los temas tradicionales (el amor, la naturaleza, etc.). Destacan José García Nieto y Luis Rosales.

·       La poesía desarraigada. En 1944 la revista Espadaña marca un nuevo rumbo. Se defiende una poesía menos tópica, con lenguaje más directo, menos preocupada por los elementos estéticos en sí mismos. Adopta temas realistas, comprometida con la situación existencial e histórica del hombre, invadida por la angustia que producía el mundo deshecho y caótico de la España de la posguerra.

El tema religioso adquiere un tono existencial en las abundantes preguntas que el poeta plantea a Dios sobre el sentido del sufrimiento humano. En el mismo año de 1944, dos libros con esta orientación aparecen escritos por poetas del 27: Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, y Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre.

Al lado de estas dos grandes tendencias existirán otras minoritarias:

·       La poesía en el exilio, con una naturaleza diferente, cargada de nostalgia o de reproches (Cernuda, Alberti), con una fuerte carga de sinceridad personal.

·       El surrealismo resurge. La permanencia en España de Vicente Aleixandre y su prestigio favorecerá la superviviencia de esta vanguardia.

·       Surge el Postismo, considerada como la última vanguardia, abreviatura de post+surrealismo. Tendrá seguidores durante el resto del siglo XX.


2.      Años 50: La poesía social.

En la década de los cincuenta, muchos poetas “desarraigados” consideraron la poesía como un instrumento de denuncia social y abandonaron los sentimientos personales para dar testimonio de la realidad del momento. Es una literatura de urgencias (es decir, que responde a la realidad inmediata), y se considera un instrumento para transformar la sociedad mediante la denuncia de la injusticia y la solidaridad con los oprimidos.

Sus presupuestos estéticos son:

-        una poesía realista, de orientación narrativa y cargada de función apelativa (hacer reaccionar al lector).

-        predomina el tema sobre la forma, con tendencia a la sencillez y la repetición de estructuras formales,

 -        Destacamos a Blas de Otero y José Hierro:


· Blas de Otero (1916[1979) escribe poesía con el propósito de sacudir las conciencias. Sus primeros libros son existenciales: Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia (1950). Fundidos en un único libro titulado con el acrónimo Ancia reflejan la angustia del hombre ante la muerte. Con Pido la paz y la palabra (1955) inicia su etapa de poesía social y de compromiso, donde el problema de España y la demanda de paz y libertad se convierten en temas centrales.




· José Hierro (1922-2002) Padece cuatro años de cárcel. Al reaparecer                        en la lírica de los cuarenta, lo hace con un amargo poso                                                autobiográfico.  Su primer libro es Tierra sin nosotros (1947), 
                       donde la patria, antes habitable, está en ruinas. Quinta de 142 (1953)                           explora la vía solidaria y, a partir de aquí, se aleja de la poesía social.
                          Cuanto sé de mí (1957)  conecta con la Generación de los 60.















3.    La generación de los 60 (para algunos, 50).

En la segunda mitad de la década de los años cincuenta comienzan a aparecer libros cuyos autores son “niños de la guerra”, nacidos entre 1925 y 1935. No han participado en la Guerra Civil y hay una voluntad decidida de superar la poesía social, a la que reprochan su exclusiva intención política y la ausencia de lo personal y lo íntimo en el texto.

Se forma un grupo, que organiza un homenaje a Antonio Machado, poeta relegado por sus temas de vivencias cotidianas y su lenguaje próximo al coloquial. Este Grupo será conocido como Generación de los 50 (cuando se agrupan) o para otros Generación de los 60 (cuando triunfaron). La Generación del 60 sustituye la reivindicación social por preocupaciones civiles y éticas, con un estilo intimista e incorpora reflexiones filosóficas. El lenguaje poético busca un cierto coloquialismo -no es demasiado distinta lengua poética de la hablada-. A veces recurren al humor y la ironía para se revelar su inconformismo.

La poesía es concebida como un modo de conocimiento propio y del mundo. Se abren dos vías distintas, que acabarán siendo conocidas como:


·  Poesía de la experiencia (el poeta habla de sus vivencias con un lector que actúa de confidente), en la que podríamos encuadrar a Gil de Biedma y Ángel González.


·  La poesía del conocimiento, (el poeta valora el mundo desde su pensamiento, de forma intelectual). Encuadramos aquí a Claudio Rodríguez y Félix Grande.

Aparte de ellos, la generación está formada por José Ángel Valente, Francisco Brines, José Agustín Goytisolo, Carlos Barral y otros. Con el tiempo, se habló también de un grupo de narradores paralelo, podría integrarse también en la generación de los 60.

4.      Claudio Rodríguez García (1934 - 1999).Miembro más joven de la Generación del 60. Nace y                                  pasa la juventud en Zamora.

Se forma como lector en la biblioteca de su padre, muy aficionado a la poesía: clásicos españoles -especialmente los místicos de quien toma la actitud contemplativa ante el mundo-y poetas simbolistas franceses (Baudelaire, Verlaine y Rimbaud). Pasa largas temporadas en la finca de su abuela en contacto con la naturaleza. Le gusta observar y recrear los juegos infantiles, y da largos paseos por la ciudad. La naturaleza, Zamora y el Duero son dos presencias permanentes en sus poemas.


El 23 de marzo de 1947 murió su padre y su vida dio un giro decisivo al quedar la familia en la ruina; Claudio administra las fincas en el campo y trata con jornaleros. En 1951, se traslada a Madrid para estudiar Filología Románica con una beca.


A los 18 años gana el premio Adonais por Don de la ebriedad, que impresiona a Vicente Aleixandre con quien mantuvo una amistad profunda y a quien dedica su libro Conjuros. Su familia lo hace estudiar Derecho en Salamanca, pero lo abandona y opta por Filología Románica. En la universidad mantuvo contactos con el Partido Comunista clandestino y participó en enfrentamientos con la policía, por lo que estuvo detenido y posteriormente vigilado. Sufrió una importante agresión de un grupo de falangistas.


En 1958, publica Conjuros y, con la ayuda de Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre, viaja a Inglaterra, donde trabaja como lector de español. Descubre a los románticos ingleses, que influirán en su poética. En Inglaterra escribe Alianza y condena, Premio de la Crítica 1965. Allí hace amistad con Francisco Brines, lector en Oxford. De regreso a Madrid, se dedica a la enseñanza universitaria. En 1974 muere asesinada su hermana María del Carmen. Un año más tarde, muere su madre. En 1976, publica su cuarto poemario El vuelo de la celebración.


Recibió algunos de los principales premios literarios concedidos en España: Premio Nacional de Poesía; Premio de las letras de Castilla y León; Premio Príncipe de Asturias de las Letras. En 1987 fue elegido miembro la RAE. Falleció en Madrid a los 65 años de edad.


Sus primeros poemas buscan temas abstractos, a partir de referencias al paisaje o los estados de ánimo. Los primeros libros adolecen de cierta frialdad, alejados de problemas humanos, que aparecerán aunque tímidamente en poemarios posteriores:

-        Don de la ebriedad, escrito a los 18 años, forma un solo poema dividido en fragmentos ordenados simbólicamente, en el que el tema constante es la emoción del poeta ante el paisaje contemplado, la claridad y la poesía como un don, la entrega del poeta al mundo a través del acto creador, y la tensión entre muerte y salvación que esto conlleva.

-        Conjuros (1958) consta de veintisiete poemas distribuidos en cuatro “libros” o secciones en los que se hace patente un cambio en la actitud del poeta, que, con un lenguaje sencillo que habla de cosas, al parecer cotidianas, nos lleva al mundo trascendental de las verdades universales. Junto al tono exclamativo predominante, aparecen la meditación y reflexión características de su obra posterior.

-        Alianza y condena(1965) marca una evolución hacia temas más concretos. El poeta constata la habitual separación y desajuste entre los sentidos y las cosas, entre la verdadera realidad y el mundo de las apariencias. Usa un talante reflexivo, que evita la simpleza de las cosas para indagar en significados ocultos o en el misterio. Habla de las cosas sencillas, las imágenes brotadas de la vida y de la tierra. El lenguaje coloquial y la melodía de los versos son factores que remiten a una cercanía sentimental del poeta con los lectores.


*****************************************************************
-Actividades:

Texto 1

       El salto

Somos como un caballo sin memoria,
somos como un caballo
que no se acuerda ya
de la última valla que ha saltado.

Venimos corriendo y corriendo
por una larga pista de siglos y de obstáculos.
De vez en vez, la muerte...
                                            ¡el salto!

Y nadie sabe cuántas
veces hemos saltado
para llegar aquí, ni cuántas saltaremos todavía
para llegar a Dios que está sentado
al final de la carrera...
esperándonos.

Lloramos y corremos,
caemos y giramos,
vamos de tumbo en tumbo
dando brincos y vueltas entre pañales y sudarios.

                                                                    León Felipe: Ganarás la luz (1942)

1.- Tema del poema.

2.-¿Por qué crees que identifica a los seres humanos con el caballo?.

 Explica la metáfora "la muerte...¡el salto!.

2.-Características de la poesía de los 40 que aparezcan en el poema.


Texto 2
                En el principio

Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
sí abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
                                        
                                                        Blas de Otero: Pido la paz y la palabra.(1955)

Preguntas:

1.- Tema del poema

2.- ¿Qué importancia tiene la palabra para el poeta?.

3.- Relaciona este poema con poesía de la década de los 50.

*********************************************************************



No hay comentarios:

Publicar un comentario