Tema 10

Tema 10. El TEATRO desde 1939 a 1975






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   EL TEATRO ESPAÑOL DURANTE EL FRANQUISMO.

  Contexto histórico.

Durante la dictadura de Primo de Rivera y la República, el teatro era un género literario en pleno auge, con enorme demanda del público. El teatro español más conservador había tenido ya un reconocimiento en dos Premios Nobel a dramaturgos españoles (Echegaray y Benavente); pero también se constata el éxito que cosechaban las representaciones del teatro clásico –la gente sabía de memoria fragmentos enteros de Los de Vega, Calderón y Zorrila-. Por otra parte, autores como Valle-Inclán y García Lorca había hecho avanzar al teatro español en técnicas innovadoras y subgéneros dramáticos (esperpentos, tragedias rurales, teatro surrealista). Casona, por su parte, escribía un teatro cargado de lirismo con claves sicológicas influidas por el teatro de Ibsen o el sicoanálisis.


Al terminar la Guerra Civil el teatro español habían muerto los autores más innovadores de la época anterior, como Valle-Inclán, Lorca o Unamuno; otros, como Alejandro Casona y Rafael Alberti estaban exiliados. Mientras en los escenarios europeos se representaban obras muy novedosas (teatro épico de Bertolt Brecht o el “teatro del absurdo” de Ionesco y Samuel Beckett), la escena española estaba invadida por un teatro convencional, con comedias intrascendentes destinadas a entretener a un público conservador.


Por otra parte, la censura impedía estrenar obras que supusieran el mínimo atentado contra los valores sociales o morales establecidos. Así el estreno de Historia de una escalera en 1949, que inicia un camino hacia la renovación.

1.    El teatro de la inmediata posguerra.

En la posguerra se representan en los teatros de las ciudades piezas escritas para el público burgués. Este tipo de teatro continúa en la línea de la comedia de salón de principios de siglo, con diálogos fluidos, sorpresas bien calculadas, personajes de clase media sin problemas económicos y argumentos cargados de tópicos: enredos amorosos, aparentes infidelidades o conflictos entre padres e hijos. Las obras que se representan pueden clasificarse en comedias de enredo, comedias costumbristas se siguen reponiendo sainetes-y dramas históricos.


Caso aparte son las obras donde aparece el humor absurdo. Jardiel Poncela y Miguel Mihura había comenzado a estrenar ya durante la República y continuaron una carrera fructífera tras la guerra civil. Sus obras son farsas bastante innovadoras: se burlan de los tópicos, de la vida burguesa, la autoridad y las normas sociales mediante comedias disparatadas, irónicas y con situaciones absurdas hasta lo inverosímil. Utilizan un lenguaje muy ingenioso, lleno de juegos de palabras e ironías, en medio de situaciones comprometidas, donde los personajes se comportan de forma inadecuada.


Jardiel Poncela tiene como base de su teatro la inverosimilitud y lo fantástico para presentar una caricatura de la sociedad. Así sucede en Cuatro corazones con freno y marcha atrás (1936), donde los protagonistas han tomado un elixir que los hace rejuvenecer hasta llegar a la infancia –al cuidado de sus hijos-. Su mayor éxito es Eloísa está debajo de un almendro (1940), una obra que combina los géneros costumbristas, comedia del absurdo y detectivesco en un ambiente donde los personajes parecen comportarse de forma irracional hasta el final.


Miguel Mihura tiene menor carga de absurdo, para resaltar la ternura por la gente más débil de carácter: Tres sombreros de copa (1932, pero que no se estrenaría hasta 1952) cuenta la última noche como soltero de un joven que va a casarse por respetar las convenciones sociales y Maribel y la extraña familia (1959) trata el problema de la soledad, a partir de dos hermanos que pagan a desconocidos para que vengan a visitarlos a casa.

2.    El realismo social y el drama sicológico.

El teatro tiene una capacidad para llegar al público y movilizarlo superior a los otros géneros, por la proximidad del público al texto representado y la inmediatez de hacer llegar el mensaje a un público muy amplio, por el éxito de las representaciones. Como consecuencia, los autores utilizan el espectáculo para presentar al espectador la denuncia por un mundo injusto y la urgencia por mejorarlo.


Poco a poco, las innovaciones teatrales europeas llegan a España, acompañados de importantes avances técnicos como el escenario giratorio –que permite cambios espectaculares de los decorados de una escena para otra-, mejoras en la iluminación –que se utiliza para separar escenas simultáneas en el escenario-, una megafonía que permite incluir efectos especiales, etc. Dos subgéneros dramáticos dominan las carteleras en los años 50 y 60: el realismo social y el drama sicológico.


Predominan en los años 50 técnicas realistas, acorde con la narrativa, donde los personajes deben sufrir las carencias económicas, la emigración forzosa, el paro y la falta de libertad y solidaridad que impregnan la sociedad de la dictadura. En los años 60 predominan los dramas sicológicos, más centrados en el sufrimiento del personaje, angustiado por la realidad y por sus propias limitaciones o arrastrando traumas no superados.


Destacamos como autores que llevan al teatro las angustias de la condición humana, el compromiso, la denuncia ante la injusticia y la lucha por la libertad a Alfonso Sastre, Lauro Olmo y Antonio Gala. No obstante, la figura principal del periodo, que resume en la evolución de su obra la trayectoria del teatro español después de la guerra es Antonio Buero Vallejo.

Alfonso Sastre se caracteriza principalmente por una actitud de denuncia social, acompañada por intentos de renovación de técnicas dramáticas. Fundó un grupo de teatro experimental que llamó Arte Nuevo y que derivó más tarde en T.A.S (Teatro de Agitación Social) con el que representaba obras de Bertolt Brecht y otros autores europeos y americanos, pero el proyecto no llegó a tener grandes éxitos.


Publicó diversos artículos en los que expuso su teoría del teatro como un arte social que serviría para agitar las diversas esferas de la vida española. Su producción dramática es amplia y aún no se han representado muchas de sus obras, ya que nunca conectó totalmente con el gusto del público, además de los grandes problemas de censura que tuvo que sufrir.


Entre sus dramas destacan Escuadra hacia la muerte (1953), una pieza antibelicista en la que desarrolla el conflicto entre autoridad y libertad, protagonizadas por un grupo de soldados que han quedado aislados; y La mordaza (1954) en la que vuelve al tema de la tiranía con un planteamiento parecido al de Lorca en Bernarda Alba.

Antonio Gala enlaza con la comedia de salón y un teatro más existencial y simbolista. La amplia obra teatral de Gala ha sido más apreciada por su público que por parte de la crítica, la cual encuentra dificultad a la hora de clasificarla debido a la mezcla de rasgos líricos (con un lenguaje próximo a la poesía) y épico (con referencias a narraciones míticas).


Compagina su obra teatral con la creación de novelas y poemas. Sus mayores éxitos en teatro los cosecha en los 60, con dramas históricos como Anillos para una dama (1973), en torno al personaje de El Cid y Las cítaras colgadas de los árboles (1974), sobre una joven judía conversa que ha sido violada por un caballero cristiano.


En los setenta destaca la comedia ¿Por qué corres, Ulises?, que despertó una fuerte polémica por la aparición de escenas que desafiaban claramente la censura (1975). Es una reelaboración del mito de Ulises en la Odisea, que ha perdido la condición de héroe y atendido por su amante Nausica, está retrasando a propósito su retorno al reino de Ítaca, donde le espera una mujer avejentada y amargada.

Lauro Olmo fue un autor volcado en la denuncia de las injusticias sociales. pasa del teatro realista, casi próximo al naturalismo de La camisa (1962), , donde esta prenda se convierte en un símbolo de las necesidades económicas de todo un barrio, desarrolla el drama de la emigración como única salida para los obreros españoles. al mundo de las farsas más transgresoras: Farsas contemporáneas estaban aún prohibidas tras la muerte del dictador. El teatro del absurdo y la sátira política se abren paso en la última etapa de la dictadora.

3.    El teatro experimental en la última etapa de la dictadura.

Convertido en arma de denuncia, se multiplican los grupos de teatro aficionado, que combinan la representación de clásicos con el descubrimiento de nuevos autores que parecen alejarse de los dramas sicológicos y sociales de los años 50 y 60. El drama deja paso a la sátira y destaca la figura de Fernando Arrabal, quien creó su llamado “teatro pánico”, estrenado en Francia, con rasgos tomados del Surrealismo y del esperpento de Valle-Inclán. Entre sus obras destacan Pic-nic, una sátira contra la guerra.


Hacia 1970 se produce una renovación teatral basada en el espectáculo, la escenografía y las técnicas audiovisuales. Casi se destruye la acción y se utilizan la alegoría, los símbolos y lo abstracto en escena. A este modo de representar se le ha llamado “teatro subterráneo”. Son autores y grupos disconformes con el sistema que pretenden llevar su protesta a través del teatro.


En esta etapa de renovación cuando surgen los grupos de teatro independientes, con montajes de espectáculos propios: Tábano, Els Joglars, Els Comediants La Fura dels Baus. Pierde fuerza, hasta casi desaparecer, el texto literario que va a representarse, reemplazado por el espectáculo, la exhibición de montajes espectaculares, la sobreactuación y la improvisación, a veces provocando al espectador para que intervenga. Representan espectáculos grandiosos o intimidatorios, sátiras y recreaciones geográficas, etc.


La restauración de las libertades democráticas a partir de 1975 posibilitó la llegada a los escenarios de buena parte del teatro que había permanecido soterrado, invisible.



  ANTONIO BUERO VALLEJO (1916-2000)

Toda su infancia la pasó en La Alcarria, salvo dos años que vivió en Marruecos, donde había sido destinado su padre. Se aficionó a la lectura en la gran biblioteca paterna y también a la música y a la pintura: desde los cuatro años dibujó incansablemente.



Estudió en Madrid Bellas Artes, alternando las clases con su asistencia al teatro y la lectura. Al comenzar la Guerra Civil quiso alistarse su padre fue detenido y fusilado. En 1937 fue llamado a filas y se incorporó a un batallón de infantería, colaborando con dibujos y escritos en La Voz de la Sanidad.


Al finalizar la guerra, trabajó en la reorganización del Partido Comunista, al cual se había afiliado durante la contienda y de cuya militancia se fue alejando años después. Fue detenido en mayo o junio de 1939 y condenado a muerte con otros compañeros. Tras ocho meses, se le conmutó la pena por otra de treinta años. Pasó por diversas cárceles: en la de Conde de Toreno permaneció año y medio; allí dibujó un famoso retrato de Miguel Hernández ampliamente reproducido y ayudó en un intento de fuga que le inspiró más tarde ciertos aspectos de La Fundación. Salió en libertad condicional, aunque desterrado de Madrid, a principios de marzo de 1946.



Su primer drama lo escribió sobre la ceguera, En la ardiente oscuridad, en una semana de agosto de 1946. Se presentó al premio Lope de Vega, que ganó con Historia de una escalera, cuyo estreno en octubre de 1949 tuvo tal éxito que lo consagró para siempre entre crítica y público. A partir de entonces escribe numerosos dramas, generalmente con buena aceptación de público y crítica.


Fueron prohibidas algunas de sus obras, que contenían críticas evidentes a la dictadura, y alguna de ellas no pudieron representarse hasta después de la muerte de Franco. No obstante, consiguió estrenar la mayoría de sus obras sorteando la censura con técnicas que pudieran despistar a los censores: problemas del presente trasladados al pasado o al futuro; episodios simbólicos donde se evitaba poner nombres concretos, etc.


Fue nombrado miembro de número de la Real Academia Española en 1971 y galardonado con el Premio Cervantes en 1986 (es el único dramaturgo que lo ha ganado) y el Premio Nacional de las Letras Españolasen 1996.

Obra

El tema común que liga toda su producción es la tragedia del individuo, analizada desde un punto de vista social, ético y moral. Los principales problemas que angustian al hombre se apuntan ya en su primera obra, En la ardiente oscuridad, y continúan en obras posteriores.


Todas sus piezas indagan sobre la condición humana. Recupera para el teatro la “catarsis” de la tragedia clásica: sus obras conmueven al espectador y le obligan a tomar conciencia de lo que vive. Su obra discurre por varias etapas, parejas a las etapas que se señalan en la narrativa y la lírica: el teatro existencial (años 40), el teatro social (años 50) y drama sicológico (años 60)


Sus obras suelen comenzar de una manera anodina para introducirnos poco a poco en un grave conflicto personal, a veces vinculado a un delito que quedó sin castigo y que ha provocado taras físicas o psicológicas. Estafas, traiciones, enfermedades mentales que degeneran en enfermedades psíquicas (esquizofrenia, ceguera, impotencia, etc.) son el pago que debe efectuar el personaje por la culpa que no redimió.


Se clasifica su obra en teatro simbolista, teatro de crítica social y dramas históricos:

a)   Teatro simbolista


En la ardiente oscuridad representa el crudo enfrentamiento con una realidad que no puede escamotearse ni disfrazarse. A través de la tara física de la ceguera, Buero simboliza las limitaciones humanas. Así, es símbolo de la imperfección, de la carencia de libertad para comprender el misterio de nuestro ser y de nuestro destino en el mundo. El hombre no es libre porque no puede conocer el misterio que le rodea.

b)  Crítica social

Denuncia la miseria, la opresión, la explotación humana, la falta de libertad y el abuso de poder y la violencia institucional.

Historia de una escalera es posiblemente una de las obras más importantes del teatro de esta época por su carácter trágico y por la denuncia de las condiciones sociales de vida. La obra causó gran impacto por su realismo y contenido social. En ella plantea la imposibilidad de algunos individuos de mejorar materialmente debido a la situación social y a la falta de voluntad.



El tragaluz constituye un ataque en toda la línea de flotación al franquismo y a su obsesión por deformar la historia personal de los españoles. Un padre escondido en un sótano lucha contra la locura que le dejó la muerte por hambre de su hija pequeña durante la guerra.


c)    Dramas históricos

Buero toma los materiales del pasado histórico como disfraz del presente.

Un soñador para un pueblo relata el fracaso de un hombre empeñado en mejorar la vida de un pueblo. El protagonista, Esquilache, ha de enfrentarse a todo el sistema, pues la política que pretende imponer no cuenta con el apoyo popular. Pero en realidad, la oposición a su política no procede del mismo pueblo, sino de un tercer poder, que, oculto, mina las mejoras de vida. Al final, Esquilache se sacrifica: renuncia a su cargo y marcha al exilio.

El concierto de San Ovidio. A partir de un grabado que representa el espectáculo de la orquestina de ciegos, reconstruye un drama en el que aflora lo grotesco, la injusticia y la falta de ética. Los temas son la explotación del hombre por el hombre y la lucha del hombre por su libertad.

El sueño de la razón. La obra se sitúa en el Madrid de 1823, durante la ola de terror desencadenada por Fernando VII en su lucha contra los liberales. El protagonista es Francisco de Goya. A través de la sordera de este personaje —de nuevo una tara física—, Buero simboliza la incapacidad de algunos para oír el sentido de la realidad.


 *notas


 Novela experimental: surge en la década de los sesenta, del siglo XX, como reacción al realismo social de los años cincuenta. Se caracteriza por la dificultad estructural: se eliminan los capítulos, se narra bajo la perspectiva de varios personajes, se cruzan varias historias, se rompe el orden lineal del tiempo con continuos cambios del pasado al futuro, se elimina la puntuación, etc.

Teatro del absurdo: conjunto de obras caracterizadas por tramas que parecen carecer de significado, diálogos repetitivos y falta de secuencia dramática. El teatro del absurdo tiene fuertes existencialistas y tienen como tema la incomunicación humana.

Costumbrismo: Tendencia artística y literaria que elige las costumbres típicas de un lugar o de un grupo social como tema principal de una obra de creación.

 Farsa: Obra de teatro breve de carácter cómico y satírico, en especial aquella que satiriza los aspectos ridículos y grotescos de ciertos comportamientos humanos.


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 -Actividades:


Texto 1.

  (DON MANUEL, padre de ELVIRA, sale vestido de calle. Los trajes de ambos

 denotan una posición económica más holgada que la de los demás vecinos.)


DON MANUEL. (DOÑA ASUNCIÓN.) Buenos días. (A su hija.) Vamos.[...]

ELVIRA. Buenos días, doña Asunción.

COBRADOR. Persone, señora, pero tengo prisa.

DOÑA ASUNCIÓN. Sí, sí... Le decía que ahora da la casualidad que no puedo...

 ¿Podría volver luego?

COBRADOR. Mire, señora: no es la primera vez que pasa y...

DOÑA ASUNCIÓN. ¿Qué dices?

COBRADOR. Sí. Todos los meses es la misma historia. ¡Todos! Y yo no puedo venir

 a otra hora ni pagarlo de mi bolsillo. Conque si no me abona, tendré que cortarle el

 fluido.

DOÑA ASUNCIÓN. ¿Pero si es una casualidad, se lo aseguro! Es que mi hijo no

 está, y...

COBRADOR. ¡Basta de monsergas! Esto le pasa por querer gastar como 

una señora en vez de abonarse a tanto alzado. Tendré que cortarle.


(ELVIRA habla en voz baja con su padre.)


DOÑA ASUNCIÓN. (Casi perdida la compostura)

¡No lo haga, por Dios! Yo le prometo...


COBRADOR.Pida a algún vecino...


DON MANUEL. ( Después de atender a lo que le susurra su hija). Perdone que 

intervenga, señora.


(Cogiéndole el recibo)


DOÑA ASUNCIÓN. No, don Manuel. ¡Faltaba más!


DON MANUEL. ¡Si no tiene importancia! Ya me lo devolverá cuando pueda.


DOÑA ASUNCIÓN. Esta misma tarde; de verdad.


DON MANUEL. Sin prisa, sin prisa. (Al COBRADOR. )  Aquí tiene.


COBRADOR. Está bien. (Se lleva la mano a la gorra). Buenos días. ( Se va)


                                            ANTONIO B: VALLEJO. Historia de una escalera



1.-Enumera los personajes que aparecen en esta escena y comenta

 aquellos problemas a los que se enfrentan.

2.- Tema de este fragmento.

3.- Resumen

4.- Indica el lugar en que sucede la acción.

5.- Género dramático al que pertenece esta obra. ¿Por qué?

6.- Analiza la forma de hablar de los personajes. Subraya algunas 

expresiones del cobrador que lo identifican como funcionario.

7.- Relaciona  esta escena con el contexto económico y social de la España 

de la posguerra.

8.- ¿Qué rasgos permiten definir esta obra como realista?.


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